LA HEREJIA DE LA TIERRA PLANA
El error moderno de que la gente en la Edad Media creía que la tierra era plana se introdujo por primera vez en el imaginario popular en el siglo XIX.
La creencia en una Tierra plana se encuentra ya en los escritos más antiguos de la humanidad. En la primera mitología caldea, el mundo se representa como un disco redondo y plano que flota en el océano, y eso formó la premisa para los primeros mapas griegos, como los de Anaximandro y Hecateo de Mileto.
En los tiempos clásicos apareció la idea alternativa de que la Tierra era esférica. Fue defendida por Pitágoras, aparentemente por razones estéticas, ya que también argumentaba que todos los demás objetos astronómicos eran a su vez esféricos. Aristóteles presentó evidencias de la forma esférica de la Tierra mediante sus observaciones, apuntando que los viajeros que viajaban hacia el sur veían las constelaciones de ese hemisferio subir su posición en el horizonte. Eso sólo es posible si dicho horizonte se encuentra formando un ángulo con respecto al horizonte de alguien ubicado más al norte. Por lo tanto, la forma de la Tierra no podía ser plana.5 Además, el borde de la sombra de la Tierra en la Luna durante la fase parcial de un eclipse lunar siempre es circular, sin importar lo alta que esté la Luna sobre el horizonte. Sólo una esfera puede generar una sombra circular en cualquier dirección, ya que un disco circular plano crearía una sombra con forma de elipse en la mayor parte de las direcciones.
En el siglo II el astrónomo Ptolomeo dio varios argumentos defendiendo la forma esférica de la Tierra. Entre ellos estaba la observación de que al navegar hacia las montañas, parecían crecer sobre el mar, indicando que estaban anteriormente ocultas por la superficie curvada del mar.
A finales de la edad clásica, enciclopedistas tan renombrados como Macrobio (siglo IV) y Marciano Capella (siglo V) discutieron la circunferencia de la esfera terrestre, su posición central en el universo, la diferencia de las estaciones entre los hemisferios norte y sur, y muchos otros detalles geográficos.11 En su Comentario al Sueño de Escipión de Cicerón, Macrobio describe la Tierra como un globo de tamaño insignificante en comparación con el resto del cosmos.
Pero sobre la fábula de que existen los Antípodas, es decir, hombres que viven en el lado opuesto de la tierra, donde el sol se levanta cuando para nosotros se pone, hombres que caminan con sus pies opuestos a los nuestros, eso no es creible en modo alguno. Y, ciertamente, no se afirma que se haya aprendido tal cosa por conocimiento histórico, sino por conjetura científica, basándose en que la tierra está suspendida dentro de la concavidad del cielo, y que tiene tanto espacio en un lado como en el otro: por ello afirman que la parte bajo nosotros también debe de estar habitada. Pero no remarcan que, aunque se supone científicamente demostrado que el mundo tiene una forma esférica y redonda, de eso no se sigue que la otra cara de la tierra esté libre de agua; ni tampoco, aunque estuviera realmente libre de agua, se sigue que esté necesariamente habitada.14
Como esa gente tenían que ser descendientes de Adán, tenían que haber viajado hacia el otro lado del mundo en algún momento; san Agustín continúa:
Es demasiado absurdo decir que algún hombre puede haber tomado un barco y viajado a través de todo el ancho océano, y cruzado desde este lado del mundo al otro, y que por tanto incluso los habitantes de esa lejana región puedan descender de ese hombre primigenio.
En cualquier caso, San Agustín no sólo no niega la idea de una Tierra redonda, sino que describe explícitamente la Tierra como un globo en varios de sus escritos.15
Lactancio (245 - 325), tras su conversión al cristianismo y su rechazo de la filosofía griega, lo calificó de "locura", al argumentar que la gente en el otro lado del mundo no "obedecería" a la gravedad.16 Se preguntaba,
¿Existe acaso alguien tan insensato como para creer que hay personas cuyas huellas están más altas que sus cabezas? ¿Que las simientes y los árboles crecen cabeza abajo? ¿Que las lluvias ácidas o comunes junto a las nieves caen hacia arriba hacia el suelo? No tengo palabras para dar a aquellos que, una vez que han errado, perseveran insistentemente en su locura y defienden una cosa vana tras otra17
San Cirilo de Jerusalén (315 - 386) veía la Tierra como un firmamento flotando en el agua (aunque la cita relevante se encuentra en el curso de un sermón a los recién bautizados, y no está claro si estaba hablando de forma poética o en un sentido más físico)
Desde la antigüedad clásica y los principios de la teología cristiana, el concepto de la Tierra como esfera se había extendido completamente.13 Como en la cultura secular, una pequeña minoría defendía la forma plana para la Tierra. También había algún debate acerca de la posibilidad de la existencia de habitantes en las antípodas: la existencia de gente a la que se suponía separada por un clima tórrido mortal era muy difícil de reconciliar con la visión cristiana de una humanidad unificada, descendiente de una misma pareja original y redimida por un solo Jesucristo.
San Agustín de Hipona (354 - 430) argumentó en contra de que hubiera habitantes en las antípodas:
San Juan Crisóstomo (344 - 408) creía que una Tierra esférica era contradictoria con el contenido de las sagradas escrituras.18 Diodoro de Tarso (fallecido en 394) también defendía la idea de una Tierra plana basándose en las escrituras; sin embargo, la opinión de Diodoro solo ha llegado a nosotros a través de una crítica de la misma realizada por Focio.
La rotación de esas estrellas gira en el sentido de las agujas del reloj en el hemisferio sur, y al revés en el hemisferio norte. La razón es que no son las estrellas las que giran, sino el punto de vista del espectador, que está sobre una esfera que rota sobre sí misma.
Ninguna teoría tierraplanista es capaz de explicar esto desde la perspectiva de una cúpula sobre el supuesto disco terráqueo a menos que recurran a la hechicería o a los extraterrestres proyectando hologramas. Si lo hacen ya solo nos queda hacer un discreto mutis por el foro y dejarles con sus teorías. Han elegido no tomar en consideración nada que pueda hacerles cambiar de opinión.