AQUI:
DOS RECIENTES REPORTAJES CIENTIFICOS QUE CONFIRMAN LA EXISTENCIA DE LA ANTIGUA CIVILIZACION DE TARTESSOS/TARSIS,
Y AUNQUE ESTOS REPORTAJES NO LO MENCIONAN,
¡TARTESSOS MUY POSIBLEMENTE ERA LA FAMOSA Y DESAPARECIDA "ATLANTIDA" DE LA MITOLOGIA!
Los científicos modernos concuerdan en que el Río Guadalquivir del país que actualmente se llama España no fluía como lo hace al presente, y el historidor y geógrafo Estrabo dice que antiguamente este río tenía dos desembocaduras en vez de solo una como tiene ahora, y que en la tierra en medio de ambas había una fabulosa civilización que desapareció súbitamente.
Lo poco que la historia preserva y menciona sobre el trágico fin de la civilización tarstesiana nos ha alcanzado con escasísimos detalles y se limita a mencionar que la tierra que la casi mítica Tartessos ocupaba se ubicaba al suroeste de España y que se deslizó de repente hacia adentro del Océano Atlántico como resultado de un espantoso cataclismo ocurrido a horas del día, que incluyó como detonante un potentísimo terremoto y fue seguido por varios gigantescos tsunamis, que se sintieron simultáneamente en los continentes de Africa y de Europa occidental.
La misteriosa "Dama de Elche" encontrada en las cercanías a esta región que corresponde hoy al sur de España, es una de las pocas evidencias que han sobrevivido sobre la existencia en aquellos tiempos de una civilización muy avanzada en esa región. Pero leamos lo que dicen estos reportajes recientes que los modernos científicos han descubierto...
Arriba: el magnIfico RIo Guadalquivir a su paso por Sevilla El río Guadalquivir (del árabe الوادي_الكبير al-wādi al-kabīr, «el río grande») es un río peninsular español que nace en la Cañada de las Fuentes (Sierra de Cazorla), en el término municipal de Quesada (Jaén). Antiguamente, este rio contaba con dos desembocaduras hacia el Atlántico, pero un gigantesco terremoto cambió la configuración de todo el territorio. Estrabón fue un conocido geógrafo e historiador griego del Siglo 1, a.c., conocido principalmente por su abarcadora obra "Geografía." Estrabón decía: "Y como el río tiene dos desembocaduras, dícese también que la ciudad de Tartessos, homónima del río, estuvo edificada antiguamente en la tierra colocada entre ambas, siendo llamada esta región Tartéside." (Estrabón , 3,2).
1er Reportaje
"En la desembocadura de Sanlúcar de Barrameda:
¿Una gran ciudad sepultada bajo la desembocadura del Guadalquivir?"
Un sillar con argamasa adherida de gran antigüedad, en La Algaida, en Sanlúcar, junto a la desembocadura. EFE
El investigador sanluqueño Manuel Cuevas ha comunicado a la Junta de Andalucía lo que considera el hallazgo, mediante fotografías tomadas por satélite, de una gran ciudad antigua sepultada en el pinar de La Algaida, en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), junto a la desembocadura del Guadalquivir. Las fotografías aportadas por el investigador, empresario autodidacto de 52 años, están tomadas por satélite a 700 kilómetros de altitud y posteriormente aumentadas y tratadas, y dejan ver formas estructurales sepultadas también en el Cerro del Trigo, en el actual parque de Doñana, donde el arqueólogo alemán Adolf Schulten ubicó la antigua Tartessos, a unos seis kilómetros de La Algaida, pero en la otra orilla del río Guadalquivir.
Cuevas ha presentado un escrito en el Registro de la Consejería de Cultura de Andalucía en el que aporta las coordenadas de lo que ha interpretado como cuatro grandes edificios y un poblado, todos ellos de no menos de 2.500 años de antigüedad. Una de estas estructuras, edificio o plaza rodeada de edificios, llega a medir 360 metros por 180, mientras que otra de las estructuras mide unos 180 por 100 metros, unas construcciones de dimensiones inusuales para ese periodo histórico.
La zona del pinar de La Algaida tiene una extensión de unos ocho kilómetros cuadrados, en los que las fotografías de satélite manejadas por Cuevas pueden interpretarse estructuras de edificios completos, como si se hubieran conservado por haber sido sepultados de golpe al haber sufrido una gran inundación de agua y sedimentos. Independientemente de esos restos enterrados, Cuevas ha detectado otro tipo de estructuras más en superficie, de una época más reciente aunque anterior a la etapa romana, como espigones portuarios, canales navegables, restos de muros, cimentaciones y estructuras que podrían haber sido embarcaderos y otras que ofrecen líneas paralelas y cuadrículas de dimensiones similares a las de las calles de una ciudad.
Ante unas fotografías que Cuevas interpreta como "evidencias", el investigador ha pedido apoyo de la Consejería de Cultura para efectuar un estudio de tomografía eléctrica para determinar a qué profundidad se hallan los muros que estén más próximos a la superficie para poder determinar una ulterior excavación, además de para hacer otras fotografías aéreas de la zona. Responsables de la Consejería, que han visto las fotografías de Cuevas y escuchado sus explicaciones, le han remitido a la Delegación de Cultura de Cádiz, donde debe presentar un proyecto de investigación que deberá estar avalado por una universidad andaluza, para dotarlo de carácter científico y académico.
Entre otros especialistas, Cuevas ha contactado con el catedrático de Arqueología de la Universidad de Sevilla Ramón Corzo, quien ha mostrado interés por los indicios revelados por las imágenes del satélite, las cuales considera que deberían comprobarse científicamente con una excavación o al menos con unas catas o con tomografías. En la zona de La Algaida se hallaron hace años restos turdetanos y romanos en el lugar denominado "El Tesorillo", y a una cierta distancia de allí Cuevas tiene localizadas numerosas piedras con argamasa, sillares y restos de muros enterrados.
Cuevas, quien lleva años dedicado a su particular investigación y que conoce La Algaida como la palma de su mano, ha lamentado la "falta de entusiasmo" que encuentra entre los arqueólogos, sean adscritos o no a la Administración, si bien es consciente de que estructuras arquitectónicas como las que está seguro de haber detectado, por la profundidad a que se encuentran y la evolución del nivel del mar en la zona, tendrían una antigüedad superior a la de las grandes estructuras faraónicas y mesopotámicas.
Algunas de estas estructuras, por la profundidad a que se hallan, remiten al periodo en el que la desembocadura del Guadalquivir era un enorme estuario, en el que el agua del mar cubría la actual Sevilla, una época, en definitiva, en la que no se conoce tecnología para construir semejantes estructuras y que, en cualquier caso, remitiría a los ámbitos del mito, a una civilización perdida, desconectada del devenir histórico científicamente conocido.
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2do Reportaje
1er Reportaje
"En la desembocadura de Sanlúcar de Barrameda:
¿Una gran ciudad sepultada bajo la desembocadura del Guadalquivir?"
- Un investigador sostiene que en la desembocadura se levantó una gran construcción
- Aporta fotografías tomadas vía satélite a 700 kilómetros de altitud
- En ellas interpreta cuatro grandes edificios y un poblado, de no menos de 2.500 años
Un sillar con argamasa adherida de gran antigüedad, en La Algaida, en Sanlúcar, junto a la desembocadura. EFE
El investigador sanluqueño Manuel Cuevas ha comunicado a la Junta de Andalucía lo que considera el hallazgo, mediante fotografías tomadas por satélite, de una gran ciudad antigua sepultada en el pinar de La Algaida, en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), junto a la desembocadura del Guadalquivir. Las fotografías aportadas por el investigador, empresario autodidacto de 52 años, están tomadas por satélite a 700 kilómetros de altitud y posteriormente aumentadas y tratadas, y dejan ver formas estructurales sepultadas también en el Cerro del Trigo, en el actual parque de Doñana, donde el arqueólogo alemán Adolf Schulten ubicó la antigua Tartessos, a unos seis kilómetros de La Algaida, pero en la otra orilla del río Guadalquivir.
Cuevas ha presentado un escrito en el Registro de la Consejería de Cultura de Andalucía en el que aporta las coordenadas de lo que ha interpretado como cuatro grandes edificios y un poblado, todos ellos de no menos de 2.500 años de antigüedad. Una de estas estructuras, edificio o plaza rodeada de edificios, llega a medir 360 metros por 180, mientras que otra de las estructuras mide unos 180 por 100 metros, unas construcciones de dimensiones inusuales para ese periodo histórico.
La zona del pinar de La Algaida tiene una extensión de unos ocho kilómetros cuadrados, en los que las fotografías de satélite manejadas por Cuevas pueden interpretarse estructuras de edificios completos, como si se hubieran conservado por haber sido sepultados de golpe al haber sufrido una gran inundación de agua y sedimentos. Independientemente de esos restos enterrados, Cuevas ha detectado otro tipo de estructuras más en superficie, de una época más reciente aunque anterior a la etapa romana, como espigones portuarios, canales navegables, restos de muros, cimentaciones y estructuras que podrían haber sido embarcaderos y otras que ofrecen líneas paralelas y cuadrículas de dimensiones similares a las de las calles de una ciudad.
Ante unas fotografías que Cuevas interpreta como "evidencias", el investigador ha pedido apoyo de la Consejería de Cultura para efectuar un estudio de tomografía eléctrica para determinar a qué profundidad se hallan los muros que estén más próximos a la superficie para poder determinar una ulterior excavación, además de para hacer otras fotografías aéreas de la zona. Responsables de la Consejería, que han visto las fotografías de Cuevas y escuchado sus explicaciones, le han remitido a la Delegación de Cultura de Cádiz, donde debe presentar un proyecto de investigación que deberá estar avalado por una universidad andaluza, para dotarlo de carácter científico y académico.
Entre otros especialistas, Cuevas ha contactado con el catedrático de Arqueología de la Universidad de Sevilla Ramón Corzo, quien ha mostrado interés por los indicios revelados por las imágenes del satélite, las cuales considera que deberían comprobarse científicamente con una excavación o al menos con unas catas o con tomografías. En la zona de La Algaida se hallaron hace años restos turdetanos y romanos en el lugar denominado "El Tesorillo", y a una cierta distancia de allí Cuevas tiene localizadas numerosas piedras con argamasa, sillares y restos de muros enterrados.
Cuevas, quien lleva años dedicado a su particular investigación y que conoce La Algaida como la palma de su mano, ha lamentado la "falta de entusiasmo" que encuentra entre los arqueólogos, sean adscritos o no a la Administración, si bien es consciente de que estructuras arquitectónicas como las que está seguro de haber detectado, por la profundidad a que se encuentran y la evolución del nivel del mar en la zona, tendrían una antigüedad superior a la de las grandes estructuras faraónicas y mesopotámicas.
Algunas de estas estructuras, por la profundidad a que se hallan, remiten al periodo en el que la desembocadura del Guadalquivir era un enorme estuario, en el que el agua del mar cubría la actual Sevilla, una época, en definitiva, en la que no se conoce tecnología para construir semejantes estructuras y que, en cualquier caso, remitiría a los ámbitos del mito, a una civilización perdida, desconectada del devenir histórico científicamente conocido.
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2do Reportaje
"EN EL SIGLO VI a.C. LA DESEMBOCADURA DEL RIO GUADALQUIVIR ESTABA MÁS ARRIBA DE CORIA Y DOS HERMANAS"
Un profesor de la Universidad de Sevilla ha aportado un nuevo mapa que sitúa la desembocadura del río Guadaíra, hace 2500 años, en un lugar cercano a Torreblanca de los Caños.Un marinero Marsellés del siglo VI ade. dejó escrito su periplo por costas andaluzas y mil años después Rufo Festo Avieno lo utilizó como fuente en su poema titulado "Ora Marítima". Una de las tantas fuentes antiguas heredadas y de enorme valor a la hora de comprender el curso de la historia. Fuentes que sin embargo algunos investigadores rechazan tomar en cuenta por razones que hacen derivar estas fuentes hacia un entronque "mitológico" no fácil de digerir.
Desde 1982 hasta hoy, proyectos como el "Proyecto Costa", o el "Proyecto Antípolis" ha permitido a los investigadores ir afinando el perfil de lo que se denominó el "Paleoestuario del Guadalquivir" o un enorme golfo marino que desde Sanlucar de Barrameda hasta Matalascañas subía hasta la altura de Coria del Río y Dos Hermanas. En donde podía desembocar el Río Guadalquivir.
Foto: Francisco José Barragán, profesor titular de La Universidad de Sevilla (Facultad de Química)
Un investigador de la Universidad de Sevilla, natural de Coria del Río, acaba de aportar unos nuevos datos que hacen subir la desembocadura del Río Guadalquivir antes de Coria y Dos Hermanas para la referida época. En efecto ese río vertía primero sus aguas este en el Lago Ligur ( una laguna de marismeña previa al golfo marino), y de este a la ensenada marina que Rufo Festo Avieno llama "Golfo Tartéssico"; dado que entre ambos ( lago ligur y golfo marino) estaba ubicada una zona de tierra formando una isla, Tartessos vendría a situarse en ella. Francisco José Barragán profesor titular de La Universidad de Sevilla (Facultad de Química) y natural de Coria del Río.
Tiene varias publicaciones sobre contaminación del suelo y atmosférica, Participa en proyectos relacionados con el Parque Nacional de Doñana, y sobre calidad y contaminación de aguas como los capítulos - Contaminación por Nitratos en el Sistema Acuífero Sevilla-Carmona - y - Contaminación por Elementos Metálicos e Índices Estadísticos de Calidad en la Cuenca del Río Guadaíra-, río sobre el que ha participado en diferentes proyectos y congresos relacionados con su contaminación y recuperación.
El Río Guadalquivir desembocaría aproximadamente a la altura de Alcalá del río primero en el Lago Ligur o Licustinus y al final de este lago el autor sitúa entre Coria del Río y Dos Hermanas una barra de sedimentos fluviales formando una isla. El lago se desbordaría mediante dos bocas, una a cada lado de la franja de sedimentos que conforman la isla, y finalmente pasaría sus aguas al golfo marino.
Estrabón decía:"Y como el río tiene dos desembocaduras, dícese también que la ciudad de Tartessos, homónima del río, estuvo edificada antiguamente en la tierra colocada entre ambas, siendo llamada esta región Tartéside." (Estrabón , 3,2).
Golfo marino Tartéssico y Lago Ligur separados por una barra de sedimentos que forman una isla . La forma de la isla quedaría fosilizada aproximadamente en el meandro que el Guadalquivir formaba en Coria (Meandro de la Merlina).
Aunque Estrabón escribió estos datos referidos al estado de la desembocadura en el mar aproximadamente en el S I ade., por lo tanto se refería al estado geológico de la desembocadura mucho después del S Vi ade. cuando ya hacía al menos cuatrocientos años que no existía Tartessos, esta frase refleja que el modelo geológico y por tanto la geodinámica se reproduciría más abajo con el tiempo.
Lo que pasó entre Coria y Dos Hermanas con la formación de una barra de cierre de un lago, se repitió más adelante entre Bonanza y Doñana y la frase de Estrabón guarda una reminescencia de ello . Este error fue el que hizo precisamente que Schulten buscase y tratase de excavar sin éxito Tartessos en los años de 1920 entre Matalascañas y la Torre de San Jacinto, ya que en su momento no se contaba con un conocimiento exacto de la geodinámica del valle y estuario del Guadalquivir .
Francisco José Barragán en su trabajo ha conformado el perímetro del Lago Ligur y del Golfo Tartéssico en base a publicaciones del Instituto Geológico y Minero de España y autores como Gavala J., García y Bellido A., Blázquez, J. M., Maluquer de Motes J., y al mismo Schulten, A.; a partir de la documentación proporcionada desde 1995 por el V Simposium Internacional de Prehistoria Peninsular. "Tartessos 25 años después". Jerez de la Frontera. "El Problema del lacus Licustinus. Investigaciones Geoarqueológicas en torno a las Marismas del Bajo Guadalquivir" - Arteaga O., Schulz H.D., A.M. Roos. ; y bajo la "inspiración" de la "Ora Marítima" de Avieno o la "Geografía de Estrabón" entre otras fuentes antiguas.
Fco. J. Barragán aporta también hipótesis sobre los últimos momentos de Tartessos, la explotación del metal y su comercio con Fenicios y Griegos, y la relación de todos ellos con los últimos Ligures. Un final de Tartessos vinculado totalmente al fin de la explotación de las minas,y por tanto al fin de su papel de centralización del mercado de los metales y puerto de distribución de los mismos por todo el Mediterráneo. Este papel de Meca de los metales fue desarrollado Tartessos durante muchos siglos hasta la ocupación cartaginesa a mediados del I Milenio ade.
Los momentos inmediatos fueron los que conocería nuestro marinero Marsellés del siglo VI ade. que sirvió de fuente a Avieno y cuyo derrotero de navegante por las costas del Golfo Tartéssico y el Lago Ligur describió un "paleo mapa" muy semejante al que Fco. J. Barragán nos ha presentado.
El Lago Ligur quedaría así conformado entre El Aljarafe al oeste y Los Alcores al este; un norte aun incierto, y al sur, una isla sedimentaria, que de acuerdo a este cuerpo de argumentos, debió ser el sitio de ubicación de Tartessos. Como dice Fco. J. Barragán con la construcción futura del túnel del Guadalquivir correspondiente a la autovía SE-40 o la ampliación del puerto de Sevilla, pudiera ser que apareciese algo que nos diera buenas pistas. Por ello la ejecución de las citadas obras deberían atender a esta posibilidad. También apunta la posibilidad que las cuencas de los Ríos Guadaíra y Guadalete estuvieran unidas mediante un canal artificial.
El Río Guadaíra desembocaría mediante un gran caño en el Lago Ligur en un punto cercano a Torreblanca de los Caños. Un puerto fluvial en el río Guadaíra, el puerto de Irippo en Gandul.
Un final de Tartessos que Fco. J. Barragán propone y un nuevo "paleomapa" para unas fechas relativamente recientes que en cierto modo es un paso más de los que a lo largo de la historia una legión que van intentando desentrañar la difícil historia del entorno Tartessos y el occidente de Europa, señalado en los más antiguos escritos conservados, de los pueblos también mas antiguos.
Nuevos capítulos abiertos que irán llenándose a medida que los nuevos planteamientos vayan dando lugar a otros y cuyo avance en este caso no es más que retroceso en el tiempo investigado. Respecto a la conexión Tartessos-Ligur, Schulten y también el mismo Roso de Luna consideraba a los Ligures aborígenes. También Roso, leía a la inversa (temura) "Tharsis" en "Astarte" o "Isthara" parsi, eterna variante del isiaco mito (mito de Isis). Diodóro Sículo hace de ella Tharsis de España.
Foto abajo: localización de los antiquísimos "pilares de Heraclión" o "Hercules," a cada lado del Estrecho de Gibraltar. Se presume que estas dos enormes columnas cayeron al mar con el terremoto que destruyó a Tartessos.
Un profesor de la Universidad de Sevilla ha aportado un nuevo mapa que sitúa la desembocadura del río Guadaíra, hace 2500 años, en un lugar cercano a Torreblanca de los Caños.Un marinero Marsellés del siglo VI ade. dejó escrito su periplo por costas andaluzas y mil años después Rufo Festo Avieno lo utilizó como fuente en su poema titulado "Ora Marítima". Una de las tantas fuentes antiguas heredadas y de enorme valor a la hora de comprender el curso de la historia. Fuentes que sin embargo algunos investigadores rechazan tomar en cuenta por razones que hacen derivar estas fuentes hacia un entronque "mitológico" no fácil de digerir.
Desde 1982 hasta hoy, proyectos como el "Proyecto Costa", o el "Proyecto Antípolis" ha permitido a los investigadores ir afinando el perfil de lo que se denominó el "Paleoestuario del Guadalquivir" o un enorme golfo marino que desde Sanlucar de Barrameda hasta Matalascañas subía hasta la altura de Coria del Río y Dos Hermanas. En donde podía desembocar el Río Guadalquivir.
Foto: Francisco José Barragán, profesor titular de La Universidad de Sevilla (Facultad de Química)
Un investigador de la Universidad de Sevilla, natural de Coria del Río, acaba de aportar unos nuevos datos que hacen subir la desembocadura del Río Guadalquivir antes de Coria y Dos Hermanas para la referida época. En efecto ese río vertía primero sus aguas este en el Lago Ligur ( una laguna de marismeña previa al golfo marino), y de este a la ensenada marina que Rufo Festo Avieno llama "Golfo Tartéssico"; dado que entre ambos ( lago ligur y golfo marino) estaba ubicada una zona de tierra formando una isla, Tartessos vendría a situarse en ella. Francisco José Barragán profesor titular de La Universidad de Sevilla (Facultad de Química) y natural de Coria del Río.
Tiene varias publicaciones sobre contaminación del suelo y atmosférica, Participa en proyectos relacionados con el Parque Nacional de Doñana, y sobre calidad y contaminación de aguas como los capítulos - Contaminación por Nitratos en el Sistema Acuífero Sevilla-Carmona - y - Contaminación por Elementos Metálicos e Índices Estadísticos de Calidad en la Cuenca del Río Guadaíra-, río sobre el que ha participado en diferentes proyectos y congresos relacionados con su contaminación y recuperación.
El Río Guadalquivir desembocaría aproximadamente a la altura de Alcalá del río primero en el Lago Ligur o Licustinus y al final de este lago el autor sitúa entre Coria del Río y Dos Hermanas una barra de sedimentos fluviales formando una isla. El lago se desbordaría mediante dos bocas, una a cada lado de la franja de sedimentos que conforman la isla, y finalmente pasaría sus aguas al golfo marino.
Estrabón decía:"Y como el río tiene dos desembocaduras, dícese también que la ciudad de Tartessos, homónima del río, estuvo edificada antiguamente en la tierra colocada entre ambas, siendo llamada esta región Tartéside." (Estrabón , 3,2).
Golfo marino Tartéssico y Lago Ligur separados por una barra de sedimentos que forman una isla . La forma de la isla quedaría fosilizada aproximadamente en el meandro que el Guadalquivir formaba en Coria (Meandro de la Merlina).
Aunque Estrabón escribió estos datos referidos al estado de la desembocadura en el mar aproximadamente en el S I ade., por lo tanto se refería al estado geológico de la desembocadura mucho después del S Vi ade. cuando ya hacía al menos cuatrocientos años que no existía Tartessos, esta frase refleja que el modelo geológico y por tanto la geodinámica se reproduciría más abajo con el tiempo.
Lo que pasó entre Coria y Dos Hermanas con la formación de una barra de cierre de un lago, se repitió más adelante entre Bonanza y Doñana y la frase de Estrabón guarda una reminescencia de ello . Este error fue el que hizo precisamente que Schulten buscase y tratase de excavar sin éxito Tartessos en los años de 1920 entre Matalascañas y la Torre de San Jacinto, ya que en su momento no se contaba con un conocimiento exacto de la geodinámica del valle y estuario del Guadalquivir .
Francisco José Barragán en su trabajo ha conformado el perímetro del Lago Ligur y del Golfo Tartéssico en base a publicaciones del Instituto Geológico y Minero de España y autores como Gavala J., García y Bellido A., Blázquez, J. M., Maluquer de Motes J., y al mismo Schulten, A.; a partir de la documentación proporcionada desde 1995 por el V Simposium Internacional de Prehistoria Peninsular. "Tartessos 25 años después". Jerez de la Frontera. "El Problema del lacus Licustinus. Investigaciones Geoarqueológicas en torno a las Marismas del Bajo Guadalquivir" - Arteaga O., Schulz H.D., A.M. Roos. ; y bajo la "inspiración" de la "Ora Marítima" de Avieno o la "Geografía de Estrabón" entre otras fuentes antiguas.
Fco. J. Barragán aporta también hipótesis sobre los últimos momentos de Tartessos, la explotación del metal y su comercio con Fenicios y Griegos, y la relación de todos ellos con los últimos Ligures. Un final de Tartessos vinculado totalmente al fin de la explotación de las minas,y por tanto al fin de su papel de centralización del mercado de los metales y puerto de distribución de los mismos por todo el Mediterráneo. Este papel de Meca de los metales fue desarrollado Tartessos durante muchos siglos hasta la ocupación cartaginesa a mediados del I Milenio ade.
Los momentos inmediatos fueron los que conocería nuestro marinero Marsellés del siglo VI ade. que sirvió de fuente a Avieno y cuyo derrotero de navegante por las costas del Golfo Tartéssico y el Lago Ligur describió un "paleo mapa" muy semejante al que Fco. J. Barragán nos ha presentado.
El Lago Ligur quedaría así conformado entre El Aljarafe al oeste y Los Alcores al este; un norte aun incierto, y al sur, una isla sedimentaria, que de acuerdo a este cuerpo de argumentos, debió ser el sitio de ubicación de Tartessos. Como dice Fco. J. Barragán con la construcción futura del túnel del Guadalquivir correspondiente a la autovía SE-40 o la ampliación del puerto de Sevilla, pudiera ser que apareciese algo que nos diera buenas pistas. Por ello la ejecución de las citadas obras deberían atender a esta posibilidad. También apunta la posibilidad que las cuencas de los Ríos Guadaíra y Guadalete estuvieran unidas mediante un canal artificial.
El Río Guadaíra desembocaría mediante un gran caño en el Lago Ligur en un punto cercano a Torreblanca de los Caños. Un puerto fluvial en el río Guadaíra, el puerto de Irippo en Gandul.
Un final de Tartessos que Fco. J. Barragán propone y un nuevo "paleomapa" para unas fechas relativamente recientes que en cierto modo es un paso más de los que a lo largo de la historia una legión que van intentando desentrañar la difícil historia del entorno Tartessos y el occidente de Europa, señalado en los más antiguos escritos conservados, de los pueblos también mas antiguos.
Nuevos capítulos abiertos que irán llenándose a medida que los nuevos planteamientos vayan dando lugar a otros y cuyo avance en este caso no es más que retroceso en el tiempo investigado. Respecto a la conexión Tartessos-Ligur, Schulten y también el mismo Roso de Luna consideraba a los Ligures aborígenes. También Roso, leía a la inversa (temura) "Tharsis" en "Astarte" o "Isthara" parsi, eterna variante del isiaco mito (mito de Isis). Diodóro Sículo hace de ella Tharsis de España.
Foto abajo: localización de los antiquísimos "pilares de Heraclión" o "Hercules," a cada lado del Estrecho de Gibraltar. Se presume que estas dos enormes columnas cayeron al mar con el terremoto que destruyó a Tartessos.